A partir de una consulta de un cliente sobre la posibilidad de ejercer él solo las facultades de la patria potestad sobre su hijo, a pesar de que ésta se lleva compartida, recomendé evaluar la posibilidad de que se le otorgue un amplio poder que lo facultara a tomar las decisiones más importantes con respecto al niño, para evitar acudir a los tribunales a pedir la transferencia de la patria potestad completa a una sola parte. De hecho, cuando los padres están separados o divorciados, el otorgamiento de poderes es un camino que se toma para aliviar los trámites en los cuales son requeridas las firmas de ambos padres, sobre todo cuando viven tan lejos uno del otro, que los inconvenientes para tener la presencia de ambos para firmar documentos o hacer declaraciones escritas conjuntas (p.e. firmar un contrato de un seguro para el menor) no se pueden solucionar de manera rápida. Sin embargo, éstos suelen ser poderes que están restringidos a cierto tipo de trámites, cierto tipo de decisiones o negocios jurídicos.
Pero reforzando esta opción, en Abril del 2020, el Tribunal Supremo (BGH- Resolución del XII. Senado Civil del 29.4.2020 – XII ZB 112/19) decidió darle la razón a un padre en última instancia, que no quería acceder a perder la patria potestad compartida y que había otorgado mediante declaración ante el juzgado un poder amplísimo a la madre para ejercer sola todas las facultades derivadas de la patria potestad. El juzgado determinó que ante esta situación no era necesario acceder al pedido de la madre de que se le otorgue la patria potestad completa a ella. De hecho los padres no tenían una relación estrecha, sino mas bien conflictiva, sin embargo el BGH consideró que un poder tan amplio, al cual el padre no mostraba intenciones de revocar (el declaró el poder como irrevocable a pesar de que esto no era válido) era suficiente y la medida más adecuada, teniendo en cuenta que es la que menos afecta los derechos del padre, sin poner en peligro el bienestar del niño.
